La resiliencia es un concepto fundamental en la psicología. Se refiere a la capacidad de una persona para sobreponerse ante las adversidades que se le presentan.
Cuando nos enteramos de historias sorprendentes y conmovedoras de personas que han logrado lidiar, e incluso, crecer debido a grandes tragedias, parecen casos extraordinarios. Y sin embargo, la resiliencia es algo que todos podemos cultivar. Es la resiliencia lo que permite que las víctimas de una catástrofe o trauma puedan rehacer sus vidas y seguir adelante.
Aunque las características de la resiliencia están bien estudiadas, el psicólogo Jonathan Haidt lleva el concepto un poco más allá y define al ser humano como antifrágil. Pero no se refiere a que no seamos vulnerables. Más bien, utiliza el término antifrágil haciendo referencia a aquellas entidades que se fortalecen con el estrés.
Un objeto frágil se rompe con facilidad, como una copa de cristal, por ejemplo. Un vaso de plástico es un objeto durable; puede soportar muchos golpes y caídas pero no se beneficia de éstas. Por el otro lado están los objetos antifrágiles, que de acuerdo a Haidt, son todos aquellos que necesitan obstáculos para fortalecerse y mejorar.
El ejemplo que utiliza Haidt es el del sistema inmunológico, pues si durante el desarrollo se mantuviera en un ambiente estéril, y por tanto, no corriera ningún riesgo, eso debilitaría al sistema y lo volvería ineficaz. Lo antifrágil puede fallar, sí, pero también puede salir de las experiencias fortalecido.
La propuesta, en otras palabras, es que el ser humano necesita enfrentarse a retos y probar cómo se enfrenta a la adversidad para construir su carácter y, en el mejor de los casos, crecer.
¿Cómo se adquiere la resiliencia?
Los caminos pueden ser muy diferentes pero podríamos decir que hay dos cosas que toda persona resiliente tiene: tolerancia y flexibilidad. Dos cualidades enormes que también nos ayudan a lidiar con la ansiedad.
Según la Asociación Americana de Psicología la resiliencia implica mantener cierta flexibilidad para poder enfrentar circunstancias difíciles y eventos traumáticos. Esto se puede lograr de las siguientes maneras:
Permitirse experimentar emociones fuertes y también reconocer cuándo tiene que evitarlas para poder seguir funcionando.
Tomar acciones para atender sus problemas y enfrentar las demandas del día a día, así como darse el tiempo para descansar y llenarse de energía nuevamente.
Pasar tiempo con sus seres queridos para recibir su apoyo y también su cuidado. Confiar en los demás y también confiar en sí mismo.
Aquí puedes leer más sobre el tema, incluyendo una lista de 10 formas de construir la resiliencia.
Si estás atravesando por un momento difícil y necesitas orientación para salir adelante te recomiendo, como siempre, que consideres buscar ayuda profesional y dedicarte un tiempo para reconstruirte.