Muchos son los artículos y encuestas que responden a la pregunta ¿Cuándo es el momento de ir con un psicólogo?
Listas sobre los cinco signos que indican que tienes que ir al psicólogo o el top ten de síntomas de que es momento de visitar a un terapeuta, la gran mayoría de las veces, sobran.
En realidad la respuesta a nuestra pregunta es muy simple, de hecho, creo que ya la sabes:
Lo más seguro es que si ya has contemplado buscar asesoría psicológica, es porque sabes que te beneficiaría recibirla.
Puede haber muchas razones para acudir a un psicólogo, pero en general, si sientes que hay algo que quieres cambiar de ti mismo (pensamientos, creencias y emociones), y no sabes cómo, acudir a un psicólogo es una buena opción. También puede ocurrir que algo, que todavía no puedes definir, te incomoda. Ese malestar casi indescriptible, actúa como una brújula, indicando, que sería una buena idea ir con un psicólogo.
Muchas veces cuesta trabajo dar ese primer paso y agendar una cita, pero es importante que recuerdes que pedir ayuda no es un signo de debilidad; por el contrario, tomar responsabilidad sobre nuestro bienestar emocional es una señal contundente de determinación. Determinación de vivir de una manera intencional y congruente con uno mismo.
Dicho de otro modo, iniciar un proceso de ayuda psicológica es buscarse activamente a sí mismo.
A veces, creemos que la mejor manera de lidiar con el malestar emocional es ignorarlo o negarlo. Pero esto puede resultar contraproducente y hacernos sentir solos; como si llevásemos una carga emocional más pesada de la que sentimos que podemos cargar. Acercarte con un profesional puede ayudarte a aminorar esa carga, a gestionar ese peso.
Al psicólogo van los locos…
Seguro has escuchado ese mito que tan anticuado queda ya (¡menos mal!).
Mucho se ha luchado en el campo de la salud mental para dejar atrás la falsa creencia de que sólo las personas con graves problemas mentales son quienes acuden al psicólogo.
La psicología se interesa por el comportamiento y pensamiento humano de cada individuo y muchísimas personas pueden beneficiarse de la asesoría de un profesional que ofrezca una escucha atenta y empática hacia quienes le confían sus problemas.
El Psicólogo Guy Wench lo plantea de una manera muy sencilla:
Si tienes una cortada, la envuelves con una venda y, para tratar una infección, tomas antibióticos sin cuestionarlo ¿no? De hecho, lo cuestionable sería que no aplicaras primeros auxilios cuando son necesarios. Así que, ¿por qué no ocurre lo mismo cuando se trata de nuestra salud mental?
No hay reglas inamovibles sobre cuándo hay que buscar asesoría psicológica.
Yo te invito a la reflexión… tú ya tienes la respuesta.