Hace tiempo escribí sobre cómo es la primera sesión psicológica. Ahora, quisiera hablar sobre cómo es la terapia en sí.
Entre los mitos que existen acerca de la salud mental, los diversos tipos de psicoterapias y las personas que se nombran terapeutas sin serlo, hay mucha confusión.
Está claro que sobre el tema se podrían escribir varios libros (y, de hecho, los hay) pero yo simplemente quiero compartir algunas cosas fundamentales sobre cómo es ir a terapia y qué puedes esperar de ésta. Si estás considerando buscar orientación psicológica, o simplemente quieres saber más acerca de la terapia, continúa leyendo.
¿Cómo es ir a terapia?
Iniciar un proceso terapéutico o de orientación psicológica es invertir en tu bienestar emocional. Ir a terapia significa asistir a sesiones –presenciales o en línea– con un psicólogo capacitado. En dichas sesiones tendrás un tiempo para ti. Este tiempo no es sólo para descifrar tus emociones y pensamientos, lo es también para trazar un camino hacia el cambio.
Si te interesa la psicología, seguramente conoces la gran importancia que tiene la escucha en un proceso terapéutico. También habrás oído aquello de que es por medio del habla que la gente que va con un psicólogo se desahoga. Y así, se libera en parte de un gran peso que ha estado cargando.
Ambas situaciones son ciertas. Pero seamos honestos: puedes ser escuchado y desahogarte de muchas maneras que no sean ir a terapia. Quedar con amigos, hablar con tu familia, pedir un consejo a alguien de tu confianza… a veces basta y sobra con eso. Pero otras veces, el malestar sigue ahí. Y por más consejos que recibas o más libros de autoayuda que leas, sientes que necesitas algo más. Ahí es donde la terapia, y obviamente el terapeuta, entran en juego.
Ir a terapia es una oportunidad para ver tus problemas de una manera diferente con alguien que está cualificado para eso y que dejará atrás los juicios de valor.
Alguien que puede reconocer que nadie sabe más acerca de ti que tu mismo, pero que a su vez, ha dedicado sus estudios profesionales a entender y observar cómo cambian las personas y qué pautas son necesarias para ello.
Como escribe mi colega Dr. Mila Petkova:
Vas a terapia para que el terapeuta pueda utilizar todo su conocimiento obtenido con el fin de facilitar tu propia transformación. Su trabajo no es que te diga lo que tú tienes que hacer con tu vida.
Imagínate que contratas un entrenador en el gimnasio. Por supuesto que sacarás gran provecho de sus conocimientos, pero él no va a levantar las pesas por ti.
Eso sí, en terapia no encontrarás consejos. Encontrarás a alguien que te ayude a aclarar lo que es importante para ti para que puedas tomar decisiones congruentes con tus deseos y valores. Para que te apropies de tu vida.
La terapia es un medio para aliviar el malestar emocional. Se trata de un espacio seguro en donde eres libre de decir todo aquello que piensas, con un fin más allá del desahogo: reconocerte en tu discurso, enlazar pensamientos con emociones y tomar acción.
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