Uno de los elementos más importantes para poder comunicarnos es la escucha.
Existen muchas personas que no se sienten escuchadas, aunque les presten atención, aunque intenten hablar. Escuchar no siempre es una tarea fácil. La falta de una escucha empática y de calidad no ocurre por falta de interés o educación necesariamente. La mayoría de las veces, no somos capaces de dejarnos ir y perdernos en las palabras del otro. Tal vez por querer dar una respuesta rápida, o porque nuestra propia necesidad de ser escuchados nos lo impide.
En cualquier caso, es importante recordar que a escuchar también se aprende. Y hacer esto puede mejorar mucho la manera en que nos relacionamos con los demás, pues escuchar de verdad es dejar de lado nuestro egoísmo.
Nos permite comprender al otro, lo ajeno, lo diferente…. lo que tiene un mensaje por comunicar. Claro está, entre mejor comprendamos esa otredad, menos cabida habrá para los juicios morales y los malentendidos.
En el articulo “Las 6 reglas de escucha de Erich Fromm: el gran filósofo y psicólogo sobre el arte de la comprensión desinteresada” del sitio Brain Pickings, retoman algunas de las ideas más destacables de Fromm sobre la escucha y nos recuerdan lo siguiente:
Escuchar, argumenta Fromm, “es un arte como la comprensión de la poesía” y, como cualquier arte, tiene sus propias reglas y normas. A partir de su práctica de medio siglo como terapeuta, Fromm ofrece seis pautas para dominar el arte de la comprensión desinteresada:
1. La regla básica para practicar este arte es la concentración completa del oyente.
2. No debe tener en mente nada importante, debe estar óptimamente libre de ansiedad y de avaricia.
3. Debe poseer una imaginación que funcione libremente y que sea lo suficientemente concreta como para expresarse en palabras.
4. Debe estar dotado de una capacidad de empatía con otra persona y lo suficientemente fuerte como para sentir la experiencia de la otra como si fuera la suya.
5. La condición para tal empatía es una faceta crucial de la capacidad de amar. Comprender a otro significa amarlo, no en el sentido erótico sino en el sentido de llegar a él y superar el miedo a perderse.
6. Comprender y amar son inseparables. Si están separados, es un proceso cerebral y la puerta a la comprensión esencial permanece cerrada.
En el resto de El arte de escuchar, Fromm pasa a detallar las técnicas, dinámicas y mentalidades que hacen que la relación auditiva sea óptima, en la terapia y en la vida.